Antes de empezar quería aclarar, o hacer una mención, que en Comercial Ramos nos dedicamos a las instalaciones comerciales de todo tipo de negocios, almacenes, oficinas y un largo etcétera, aunque debemos reconocer que nuestra especialidad son las tiendas de alimentación. No es que un día lo decidimos, sino que las circunstancias y nuestros clientes nos han llevado por este camino, del que estamos muy contentos y orgullosos.
Dicho esto, hoy hablaremos de nuevo de las tiendas de alimentación, e intentaremos darle algún truco. Partiremos de algunos métodos que utilizan las grandes superficies, pero como veremos, esto no significa que nos resulte útil en nuestras tiendas.
Una de las cosas en las que podemos fijarnos, es que muchos supermercados ponen la zona de la fruta y la verdura al principio, en la entrada, para que cuando entremos tengamos una visión muy agradable de productos frescos con una gran gama de colores que nos hace sentir bien. Este es un buen truco, pero ¿qué pasa si ponemos la zona de la fruta y la verdura al final de la tienda?? Pues absolutamente nada, es también un buen truco. ¿Y por qué? Porque son productos de primera necesidad y los irán a buscar donde quiera que estén, y si están al final de la tienda, lo que hacemos es “obligar” al cliente a pasar por toda la tienda, y esto puede hacer que por el camino vea algo que no había pensado comprar o que no sabía que quería… Así que dicho esto, lo que podemos hacer es poner productos de primera necesidad como la leche, los yogures, el papel higiénico al final de la tienda.

Otro truco que manejan las grandes superficies es poner el producto más caro, de la misma categoría, a la altura de la vista. Pues por una tienda pequeña discrepo, como opinión personal lo haría todo lo contrario. Cogemos como ejemplo unas galletas de jengibre con pasas, frutos secos, trocitos de chocolate y azúcar de caña; la marca del precio más económico la pondría a la altura de los ojos y después iría bajando con las más caras y las marcas más conocidas. Por el primer lugar que empezamos a buscar algo es a la altura de nuestra vista y después vamos bajando, de esta manera es más fácil echar un vistazo a toda la estantería.
Ahora bien, esto podría llevarnos por dos vertientes:
Primera: Si pusiéramos los productos de mayor valor en la parte de arriba las compras sumarían más dinero, y haciéndolo al revés las compras no suben tanto dinero.
Segunda: Poniendo los productos más económicos en la parte de arriba, puede que podríamos acabar con la típica y tópica creencia de que las tiendas pequeñas y las tiendas de pueblo son más caras.
Y obviamente me decantaría por la segunda opción, con la esperanza de que acabe esa falsa creencia.
Por hoy lo dejaré aquí, y en la próxima os contaré algún truco más. Y puesto que he abierto el melón, hablaremos de las tiendas pequeñas y de las de pueblo.